DIVISIONISMO (DOBLE VISION)
Caín, Balaam y
Coré
(Judas 4, 10, 11) “…algunos
hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados
para esta condenación, hombres impíos, que convierten en
libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Dios, el único soberano, y a
nuestro Señor Jesucristo… estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las
que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos!, porque han
seguido el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam y
perecieron en la contradicción de Coré”
Los divisionarios,
conscientes o no, buscan el mezclarse con el genuino pueblo de Dios para así
poder hacer lo que bulle en sus corazones. Los que siguen al “espíritu de
división”, son todos aquellos que son usados por el diablo porque en sus
corazones, el diablo ha puesto su semilla, o su inspiración.
Estudiemos acerca de esa semilla de
maldad, la cual se diversifica básicamente en tres partes, muy bien definidas
en la Palabra. Estas tres partes son la manifestación del corazón y la obra
maléfica de tres hombres diferentes que vivieron en diferente época.
A saber: Caín, Balaam y Coré. Veremos que esos divisionarios actúan en las
tres o en alguna de las tres maneras mencionadas de proceder con maldad.
“…han seguido el
camino de Caín, se
lanzaron por lucro en el error de Balaam y perecieron en la contradicción de Coré” (Judas 11)
He aquí al perfecto divisionario,
aquel que sigue el camino de Caín; la codicia de Balaam y la rebelión de Coré.
Estudiémoslo.
1-El camino de
Caín
Judas nos habla de que el divisionario sigue el “camino de Caín”. Ahora bien, Caín no era un incrédulo sino un creyente. La Biblia nos dice que él ofreció su ofrenda a Jehová; por lo tanto esto nos habla de que Caín, no sólo sabía que existía un Dios, sino que, a su manera, lo reconocía. Dice así la Escritura en Génesis 4: 3,
Judas nos habla de que el divisionario sigue el “camino de Caín”. Ahora bien, Caín no era un incrédulo sino un creyente. La Biblia nos dice que él ofreció su ofrenda a Jehová; por lo tanto esto nos habla de que Caín, no sólo sabía que existía un Dios, sino que, a su manera, lo reconocía. Dice así la Escritura en Génesis 4: 3,
“… Caín trajo del
fruto de la tierra una ofrenda a Jehová”
Aparentemente, Caín, era un hombre
creyente que ofrecía sacrificios a Dios. A pesar de ser así, sabemos por la
Escritura que su ofrenda no fue acepta: “Y [Jehová] no miró con agrado a Caín ni a su ofrenda…” (Génesis 4:
5).
No sólo no agradó a Jehová la ofrenda
de Caín, sino que tampoco le agradó al Señor el propio Caín, no por quién él
era, sino por lo que era: soberbio, envidioso, egoísta e iracundo.
LA OFRENDA Y EL
QUE OFRENDA
De hecho, a Dios no le agradó la
ofrenda porque no le agradó el oferente. ¿Por qué? La respuesta la podemos
obtener más adelante en la Palabra. El sujeto aquí no es ya Caín, sino parte
del mismo pueblo de Dios:
(Isaías 1: 11-14) “¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud
de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de grasa
de animales gordos; no quiero sangre de bueyes ni de ovejas ni de machos
cabríos. ¿Quién pide esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante
de mí para pisotear mis atrios? 13No me traigáis más vana ofrenda; el incienso
me es abominación. Luna nueva, sábado y el convocar asambleas, no lo puedo
sufrir. ¡Son iniquidad vuestras fiestas solemnes! 14Mi alma aborrece vuestras
lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes; me son gravosas y cansado estoy de
soportarlas”
En aquel entonces, gran parte del
pueblo de Dios se había vuelto banalmente religioso; es decir, guardaba las
formas externas, pero sus corazones estaban llenos de iniquidad.
También Jesús habló así al dirigirse a
los escribas y fariseos de su tiempo:
(Mateo 23: 27, 28) “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la
verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos
y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis
justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad”
DIOS DESEA QUE TU OFRENDA SALGA DEL CORAZON
Dios abomina cualquier ofrenda y
sacrificio que no parte de un corazón recto y rendido a Su voluntad. Justamente
el camino de Caín fue el camino de la iniquidad, camuflado de espiritualidad.
En otras palabras: A Dios no se le puede “comprar”.
Vemos aquí que: el divisionario, es
religioso vacío y vano.
Mat 5:23-24 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y
allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
24
deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con
tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda
“La religiosidad
vacía es una variedad del egocentrismo, lo cual no deja de ser una extensión
más de la idolatría, en este caso hacia uno mismo; de ahí la envidia, la soberbia,
y la rabia de Caín hacia el verdadero adorador: Abel”
El camino de Abel
La antítesis del camino de Caín es el
camino de Abel, su hermano, el cual sí fue del agrado de Dios. Dice la Palabra
en Génesis 4: 4 “Abel trajo
también de los primogénitos de sus ovejas, y de la grasa de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a
su ofrenda…”
Contrariamente, la razón por la cual a
Dios le agradó la ofrenda de Abel fue porque le agradó Abel. Su corazón era recto ante Él.
“¡Ay de ellos!, porque han seguido el
camino de Caín, se lanzaron por
lucro en el error de Balaam…”:
Estos divisionarios tienen
por lo general otra particularidad; son amantes del dinero, y de lo que se
puede conseguir con él. Hoy en día pululan por doquier esos falsos ministros
que incitan al pueblo de Dios a “pactar con Dios”, con la excusa de
buscar jugosas ofrendas que llevarse - al menos en parte - toda vez que no se puede pactar con Dios.
El ejemplo que aquí la Palabra
nos da acerca de un supuesto ministro de Dios que ministraba por dinero, es el
de Balaam. ¿Quién fue Balaam?
Balaam es presentado como el falso profeta que
hizo caer a Israel en la idolatría. Esto es lo que evoca el nombre de Balaam en
el N.T. también.
Lo que movía a Balaam a profetizar en
el nombre de Jehová, era sencillamente el amor al lucro. Balaam “ministraba”
por dinero; y por dinero llegó a aconsejar a los enemigos de Israel a cómo
pervertirles a través de las mujeres lascivas de Moab. Leemos así en Números 31: 16, “Ellas, por consejo de Balaam, fueron causa de
que los hijos de Israel pecaran contra Jehová…”. (moisés caso de la destrucción
de madian)
LAS PALABRAS DE
PABLO
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado
como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como
pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor
a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo…” (Filipenses 3: 7, 8)
“El espíritu de
Balaam está sumamente extendido entre muchos de los llamados predicadores de la
prosperidad. Algunos se dan cuenta. Otros miran hacia otra parte. Es una de las
actuales lacras del evangelio”
Balaam, al no poder emitir juicio de
maldición contra Israel, tal y como Balac, rey de Moab quería que hiciese
Números. 22-24, Pero el ángel de Jehová se puso en una senda
de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro.
Buscó la manera de perjudicar y poner
tropiezo al pueblo de Dios con esas mujeres
Nm. 31: 16,
He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel
prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor,(A) por lo que
hubo mortandad en la congregación de Jehová.
Neh. 13: 2
por cuanto no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, sino que
dieron dinero a Balaam para que los maldijera;(A) mas nuestro Dios
volvió la maldición en bendición. (la historia de moises guerra contra loas
amonitas)
y así ganarse el dinero que le había
prometido Balac si lo conseguía. Lo que movía a Balaam a servir a Jehová no era
sino el lucro.
Hoy en día está ocurriendo exactamente
lo mismo. Estos falsos profetas y apóstoles de la prosperidad – lo
busquen o no - incitan al pueblo de Dios que se presta a escucharlos hacia la
codicia y la ambición. Son pues piedra de tropiezo y vergüenza para el
Evangelio. Ya el apóstol Pedro lo advirtió:
“Pero hubo
también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos
maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras… muchos
seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será
blasfemado, y por avaricia
harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los
tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se
duerme” (2 Pedro 2: 1-3)
El mismo apóstol Pedro habla de
los divisionarios presentando el ejemplo de Balaam también,
como de un hombre que pretendía ser justo ante Dios y servirle, aunque en
realidad, buscaba su propio interés:
(2 Pedro 2: 15) “Han dejado el camino recto y se han
extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad”
Ese premio era el amor al lucro.
El apóstol Pablo enseña acerca de
todos aquellos que siguen el mal ejemplo de Balaam; el que usaba el poder y
conocimiento de Dios para su propio enriquecimiento:
(1 Timoteo 6: 3-10) “3Si alguno enseña otra cosa y no se conforma
a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es
conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe y delira acerca de cuestiones
y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias,
malas sospechas, discusiones necias de hombres corruptos de entendimiento y
privados de la verdad, que toman
la piedad como fuente de ganancia. Apártate de los tales. Pero gran
ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a
este mundo y, sin duda, nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y
abrigo, estemos ya satisfechos; pero
los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición, porque
raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores”
Queda claro pues que, los divisionarios aludidos
por Judas en su epístola, tienen también connotaciones similares o idénticas a
los mencionados por Pablo, según el ejemplo del propio Balaam.
leemos lo siguiente en Apocalipsis 2: 14; Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que
tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a
poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los
ídolos, y a cometer fornicación.
Aquí vemos también que lo que produce
la obra de los que quieren lucrarse con el Evangelio a modo de Balaam, es
tropiezo para el pueblo de Dios.
3- La contradicción de Coré
judas 4:11 ¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam y perecieron en la contradicción de Coré”:
judas 4:11 ¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam y perecieron en la contradicción de Coré”:
Aquí Judas nos sigue hablando acerca de los divisionarios,
es decir, los causantes de división, y los compara esta vez con la rebelión de
los de Coré. La historia se remonta a los tiempos de Israel en el desierto.
Veámoslo:
(Números 16:
1-3) Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos
de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente, Núm
16:2 y se levantaron contra Moisés con
doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la
congregación, de los del consejo, varones de renombre. Núm 16:3 Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les
dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos
ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues,
os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?
Sabemos que a causa de la rebelión abierta por parte de estas
gentes que se creían en el derecho de mandar en vez de Moisés y Aarón, Dios
hizo que la tierra se abriera y que fueran tragados todos vivos
(Nm. 16: 27-35).
Los divisionarios acaban pereciendo también, porque la rebelión
lleva a la propia destrucción.
“La
rebeldía – como en el caso del mismo Satanás - es la consecuencia directa de la
soberbia y del egoísmo, ese fue el caso de los de Coré, y de miles más de
cristianos de nombre a lo largo de la historia de la Iglesia”
4. El carácter de
los divisionarios
Volviendo a Judas, leemos más
descripción, muy minuciosa, sobre los divisionarios:
“12Estos son
manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se
apacientan a sí mismos…” (vers.12)
“…nubes sin agua,
llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin
fruto, dos veces muertos y desarraigados” (vers.12)
“fieras ondas
del mar, que espuman
su propia vergüenza…” (vers.13)
“Estos son murmuradores, querellosos, que
andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas,
adulando a las personas para sacar provecho” (vers.16)
Estos párrafos nos hablan del carácter
de los divisionarios; los que siguen el espíritu de división.
Veámoslo más de cerca:
- 1. Son egocéntricos: (vers.12) Se apacientan a sí
mismos; es decir, buscan su propio provecho y satisfacción a expensas de
los demás. Ellos son antes que los demás. Son amadores de los deleites
más que de Dios (2 Ti. 3: 4b).
- 2. No tienen buen fruto: (vers.12) Aunque aparentan ser
algo en el Señor, en realidad son sin fruto, como nubes que no
transportan agua, o como árboles caducos.
- 3. Son implacables, intemperantes,
iracundos: (vers.13)
Judas los compara con las “fieras ondas del mar”. Aunque tienen
apariencia de bondad y de benignidad, en un momento dado sacan a flote lo
que realmente son cuando algo les contraria.
- 4. Son murmuradores: (vers.16) Muchos de ellos lo son
de forma muy sutil, casi imperceptible, pero dejan el puñal clavado con
su lengua.
- 5. Son querellosos: (vers.16) Nunca dan su brazo a
torcer. Siempre han de salirse con la suya y siempre están dispuestos a
polemizar. Su rebeldía les lleva a ser así. Son contenciosos por
naturaleza.
- 6. Andan según sus propios deseos: (vers.16). No es el hacer la
voluntad de Dios lo que les dirige en la vida, sino el satisfacer sus
propias ambiciones, deseos y metas, aun pretendiendo servir a Dios.
- 7. Hablan cosas infladas: Son muy dogmáticos y arrogantes a
la hora de exponer sus razones. Ellos siempre conocen y saben lo mejor y
siempre tienen el mejor consejo (a veces pueden disimular con supuesta
humildad, guardando las apariencias).
- 8. Son aduladores: Son manipuladores por excelencia.
Saben cómo comportarse y qué decir y cuándo con el fin de sacar de las
personas el mejor provecho. Son muy lisonjeros: “…la boca lisonjera
hace resbalar”(Prov. 26: 28b). Su lisonja es simple manipulación para
sacar algo de las personas a las que lisonjean.
5. Los “psikikoi” sensuales
“En el
postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19Estos
son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al
Espíritu” (Judas 18, 19)
La palabra que usa
Judas para calificar a los divisionarios es la palabra
griega “psikikoi”, que en español la traduce la Reina-Valera por “sensuales”.
La traducción literal del griego es esta: “los que son llevados por la
mente natural”. Es decir, que son llevados por el alma (la mente y los
sentimientos), pero no por el Espíritu Santo.
Ellos quizás llegan
a creer que es el Espíritu Santo el que les habla y les dirige, pero no es más
que su propia alma carnal e influenciada por demonios religiosos.
Claramente la
Palabra nos dice aquí que estos sensuales, es decir, que son guiados por los
sentidos naturales, causan divisiones allí donde van.
¡Qué aprendamos a
discernir esto, y que cambiemos en nosotros cualquier cosa que se asemeje a
alguna de las que hemos estudiado buscando el temor de Dios siempre!
Para huir de todo
peligro de ser hallados ante Dios como divisionarios, presentemos
en humildad nuestros corazones al Señor para que nos los revele, y los limpie
por su Espíritu (S. 51: 10). Con corazones rectos que amen al Señor, nunca
llegaremos a ser divisionarios. Que sea el Espíritu Santo, y no
otro espíritu, el que dirija nuestras vida
By: Celso Recinos
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