lunes, 10 de diciembre de 2018

tema: Paciencia (Celso Recinos)

Celso Recinos     
                                              paciencia

Paciencia
·         Santiago 1:2-4
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
Para ser perfecto y completo, necesitamos la obra perfecta de la paciencia. Por lo cual, hoy me gustaría, que viéramos más de cerca a la paciencia y su importancia.
1. Paciencia: ¿Porqué la necesitamos?
·         Hebreos 12:1-2
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
Hay una carrera que deberíamos de correr, y correrla CON PACIENCIA, puestos los ojos en Jesús, quien también sufrió pacientemente la cruz por el gozo que había después de ella.
En verdad, piensa en la paciencia de Cristo. Nunca le hizo daño a nadie. De lo contrario,
Sanó al enfermo,
Resucitó al muerto,
Hizo la voluntad de Dios en toda su grandeza.
Sin nada más, con los milagros que hizo nulificó todas las excusas de sus perseguidores.
Aun así, fue perseguido y torturado más que nadie más, hasta el punto de ser crucificado.
¿A caso tenía Cristo razones para estar enojado y querer abandonar la misión porque la gente que él sirvió se comportó con Él tan terriblemente? Bueno, incluso si las hubiera tenido, no lo hizo. Sino que PERMANECIÓ.
Permaneces cuando consideras que el objetivo que quieres lograr vale mucho más que el dolor por el que te hace pasar. Eso es lo que Jesús hizo. Soportó el dolor y la humillación, poniendo sus ojos en lo que seguiría, en nuestra salvación, lo que ese dolor pondría a nuestra disposición. Él es nuestro brillante ejemplo de paciencia y es en Él en él que debemos poner nuestros ojos, corriendo nuestra carrera con su paciencia como ejemplo.
·         1 de Corintios 9:24-25
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.”
La recompensa de nuestra carrera no es una corona corruptible en un cuerpo corruptible dada por una mano corruptible. Sino que, es una corona INCORRIPTIBLE en un cuerpo espiritual INCORRUPTIBLE, dada por una MANO INCORRUPTIBLE: la mano de JESUCRISTO.
·         Hebreos 12:3
“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.”
·         Y Hebreos 10:35-36   “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.”
Nuestra paciencia y confianza tienen una gran recompensa. Jesucristo regresará con coronas, con recompensas para aquellos de nosotros que hemos permanecido y no retrocedimos. Algunas veces somos así como descarados,  Creemos que nuestro hogar permanente es aquí y que aquí vamos a estar para siempre. Sin embargo, nuestra verdadera ciudadanía está en el cielo
·         (Filipenses 3:20). Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Somos llamados por Dios para conocerle a Él y a Su Hijo, el Señor Jesucristo, por la excelencia del conocimiento y lo demás lo tengo por basura
·         (Filipenses 3:8). Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
Él es el autor y consumador de nuestra salvación
·         (Hebreos 12:2). puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Nuestro hogar está en los cielos, nuestro hogar real y permanente
2 de Corintios 5:1. Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.
Esa es la realidad, tan real como el premio que ahora no vemos, exactamente como el atleta que no ve su propio premio sino que permanece y se prepara para adquirirlo.
2. Paciencia pasiva y paciencia luchadora
Puesto que hablamos de paciencia, me gustaría poner en claro de qué tipo de paciencia estamos hablando. Lo digo porque hay dos tipos: la pasiva y la luchadora. La pasiva solo consume el tiempo, esperando pasivamente el final. Como por ejemplo la paciencia de los prisioneros, los cautivos y en general aquellos que han sido capturados en una situación que aceptan pasivamente.
Lo contrario a la paciencia pasiva es la paciencia luchadora, la que posee aquel cuyo objetivo es la victoria, prevalece en todas las penurias y heridas que una batalla implica. Puede que salga herido, pero prevalece en todo por su misión. Yo creo que es de esta paciencia de la que Dios habla en Su Palabra. Dios no nos pide que tengamos paciencia desesperanzada, sin propósito.
Como leemos en Hebreos 12:1-2: “y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Somos pacientes, CORRIENDO (acción), una carrera y PONIENDO los ojos (acción) en alguien: EL SEÑOR JESUCRISTO; EL AUTOR Y CONSUMADOR DE NUESTRA FE.
Dios no nos hizo prisioneros de guerra, ni soldados que marchan de vez en cuando y luego vuelven a sus campos. Sino que nos hizo marines espirituales en toda guerra (Efesios 6:12). “contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”
No desfilamos en un terreno amistoso, sino que peleamos en una guerra real en el territorio del enemigo. No andamos por ahí solo presumiendo nuestras armas solo para decir que las tenemos, sino que hay que USARLAS en todo su poder.
Por supuesto, de cualquier manera, puede que suframos penurias y heridas. Pero, ¿y qué? ¿A caso les tendremos miedo? ¿A caso permitiremos que el enemigo nos mantenga en prisión bajo la amenaza de sus consecuencias. En lo que a Dios le concierne:
·         2 de Timoteo 2:3
“Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.”
El buen soldado sufre penalidades. Por causa de su misión, presto y listo a sacrificarlo todo. Por supuesto que tiene la mente de su Comandante:
·         Filipenses 2:5-11
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
El buen soldado tiene la mente de su comandante. Es obediente, hasta el punto de llegar a morir si fuera necesario. Se puso a sí mismo a disposición de su Señor y aunque puede que enfrente dificultades, las soporta, poniendo sus ojos en Él.
Soldado mediocre
Por otro lado, está el soldado que tiene miedo a los sufrimientos. En sus perspectivas se vuelve trémulo y prefiere hundirse en la prisión.
El carcelero que ruge como león
1 de Pedro 5:8  Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
Lo aterroriza. Lo ha engañado para hacerle creer que tiene poder sobre él, y de ese modo esconder la verdad que
1 de Juan 4:4. “Mayor es el que está en ti que el que está en el mundo”
Puede ser que este soldado también entienda la verdad. Puede que rompa sus cadenas, las fortalezas y los pensamientos de la mente
2 de Corintios 10:4  porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas
Que lo mantienen cautivo en la falsa seguridad de la prisión y salir a la batalla, como buen soldado, sin temor y pacientemente. Aunque ya no con paciencia pasiva, sino con paciencia LUCHADORA.
3. Otros ejemplos de paciencia
*La mujer embarazada juan 16:21  La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
*El labrador
*La paciencia de Job Santiago 5:11
*La paciencia de Noe 1pedro 3:20
3.1 El ejemplo del labrador y la semilla
Aparte del ejemplo de Jesús, vienen más ejemplos de paciencia en Santiago 5. Ahí, empezando en el verso 7 leemos:
Santiago 5:7-8
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.”
¿A caso el labrador ve el fruto por el cual trabaja? NO. Sin embargo, lo espera. Soporta toda la dura labor y costoso trabajo, para que así su granja pueda producir tanto fruto como sea posible. Diríamos que el fruto de su granja corresponde perfectamente con su paciencia. Imagínate a un granjero descuidado que no hace lo necesario para su granja. Ahora compáralo con uno que a pesar del calor del verano y el frío del invierno, cuida de su granja haciendo todas esas duras labores que el primero hace a un lado. ¿Porqué lo hace? Porque su objetivo es algo que no ve de inmediato, pero para lo cual permanece: el fruto. Esa granja es la que va a producir mucho fruto, y ese es el ejemplo que se nos da, el del buen y paciente granjero. Como el Señor dijo en la parábola del sembrador:
Lucas 8:11-15
“Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. Más la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”
La Palabra de Dios ha sido sembrada en nuestros corazones. Como el granjero no ve el fruto de su granja sino que persevera por el, para que, como buenos granjeros, mantengamos la semilla de la Palabra en nuestro corazón CON PACIENCIA. En la parábola, la semilla siempre era la misma. Sin embargo, solo un granjero fue PACIENTE. Mantuvo la semilla en su granja (corazón) y por consiguiente llevó mucho fruto, incluso al ciento por uno (Mateo 13:39). Y lo más importante, llevó fruto que permanece para siempre, en el cielo.
a. El caso de Job
Otro ejemplo que se da en Santiago 5 es el ejemplo de Job. Así que en el verso 11 leemos:
Santiago 5:11
“He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.”
La historia completa de Job se puede leer en el libro correspondiente. El diablo lo probó severamente. De hecho, todo lo que el hombre considera como bendiciones le fue quitado. Sus hijos fueron asesinados. Su propiedad se perdió. Él mismo estaba muy enfermo y su propia esposa lo trató con desdén diciéndole que maldijera a Dios y se muriera. Y como si eso no fuera suficiente, tenía tres amigos que aunque venían a consolarlo, trataron de convencerlo de que era su culpa todo lo que le había pasado. La Biblia nos dice que Job, aún así, fue paciente. Como se puede ver al final de su libro, a pesar de toda la adversidad, Job pasó la prueba de su fe exitosamente.
Siguiendo este ejemplo, nuestra fe no debería de depender de las cosas que tenemos o en la satisfacción de las cosas que no tenemos. Una fe así, es condicional. De lo contrario, deberíamos hacer al Señor responsable de cada parte de nuestras vidas. Para Él, ¡estamos “COMPLETOS EN ÉL” AHORA (Colosenses 2:10)! ¿Cuál es tu problema? ¿Tu salud, tu soledad, tal o cual cosa? Para Dios estas “COMPLETO EN ÉL (Cristo)” AHORA. Antes de que te de cualquier otra bendición, Él te ha declarado COMPLETO, porque has creído en Su Hijo.
Para muchas iglesias, las bendiciones que uno tiene es cuestión de la fe de uno mismo. Así que cuando algo se pierde, como la salud o la propiedad, nos parece complicado ayudarle. Nos volvemos como los amigos de Job que en lugar de consolarlo lo condenaron. Por supuesto que es legal el ser bendecido en todas las cosas. Pero nuestra plenitud no depende de cuántas bendiciones materiales tengamos. (Salmo 84:11) “No quitará el bien a los que andan en integridad” dice la Palabra, y Él (2 de Pedro 1:3). “las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder” Al final, restauró lo que Job había perdido (Job 42:10). Imagina su alegría cuando se curó, cuando recuperó su propiedad al doble, sus hijos etc. Imagina la alegría de Cristo cuando nos vio confesándole como Señor. Cristo sufrió la cruz, Job lo perdió todo, pero ninguno perdió su paciencia, la cual por consiguiente dio buen fruto.
b. El ejemplo de los profetas
Otro ejemplo en la epístola de Santiago es el ejemplo de los profetas. Así que en el verso 10 leemos:
Santiago 5:10
“Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.”
Algunas veces creemos que los profetas y en general la gente de Dios de la que leemos en la Biblia son superhombres. Que ellos pudieron hacer tanto, pero nosotros……… Sin embargo, la verdad es diferente. ¿Quién de los profetas del Antiguo Testamento era hijo de Dios, así como tú lo eres? (Gálatas 4:1-7). ¿Quién de ellos fue nacido de nuevo de Su semilla incorruptible (1 de Pedro 1:23)? ¿A caso Pablo o Pedro o cualquier otro hombre del Nuevo Testamento tiene más de lo que tú tienes? El espíritu santo que Dios les dio, también te lo dio a ti. La promesa de aún cosas más grandes que las que Cristo hizo no fue solo hecha a algunos superhombres de la época, sino A TODO AQUEL QUE CREE EN JESUCRISTO:
Juan 14:12
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.”
Volviendo a nuestro tema, los profetas son un ejemplo muy vivo de paciencia y sufrimiento. Piensa en Jeremías. Isaías, Elías y en los otros, que en lugar de relajarse, escogieron sufrir, pelear, soportar. En vez de gobernarse a sí mismos, se hicieron un vaso en la mano de su Señor. Pero también en el Nuevo Testamento, piensa en Pablo por ejemplo. Como dice de sí mismo:
2 de Timoteo 3:10
“Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.”
También 2 de Corintios 6:4
“antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia
Hay una batalla espiritual que implica sufrimiento y necesitamos paciencia para pelearla. En cuanto a Pablo concierne, dijo hacia el final de su ministerio:
2 de Timoteo 4:7-8
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”
Cristo también dijo, hablándole a Dios:
Juan 17:4
“Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese”
Cristo, Pablo, los profetas no eran masoquistas a los que les gustaba sufrir. Eran GUERREROS, MARINES ESPIRITUALES, que estaban listos para sufrir y a hacer lo que fuera necesario para el cumplimiento de su misión, para la obra del Ministerio. Aquel entonces eran Pablo y los otros, hoy somos nosotros, los que peleamos la misma batalla BAJO EL MISMO JEFE: EL SEÑOR JESUCRISTO. Caminemos como ellos. Peleemos la buena batalla y terminemos la carrera. No es una carrera fácil, pero ciertamente es la mejor carrera que podemos correr y con el mejor final: El Señor Jesucristo esperando para honrar nuestra paciencia con la corona de justicia, exactamente como hará con muchos más, que a través de los siglos escogieron pelear la misma batalla, negándose a sí mismos y poniéndose bajo el mandato de su SEÑOR.
c. Paciencia: ¿Cómo se produce?
Habiendo visto qué tan importante es la paciencia, concluiremos echándole un vistazo a cómo se produce.
En Romanos 5:3-5 leemos:
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”
Y Santiago 1:2-4
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
¿Quién esperaría que lo que tanto necesitamos para hacer la voluntad de Dios, para dar fruto y correr la carrera, o sea, paciencia, es el resultado de tribulaciones y pruebas? Es por esa razón que probablemente ambos pasajes anteriores nos dicen ¡que nos gloriemos en las tribulaciones y que nos alegremos en las tentaciones! Porque si permanecemos fieles, eso producirá paciencia, lo que por consiguiente ¡producirá prueba, esperanza, buena obra! Si por lo cual sufrimos “de acuerdo a la voluntad de Dios, sometamos nuestras almas a Él” – (Romanos 15:5) “el Dios de la paciencia y el consuelo”– (1 de Pedro 4:19). “como a un fiel creador” Sometámonos a Él y permitámosle que haga con nosotros LO QUE QUIERA. “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2 de Timoteo 2:4) dice la Palabra de Dios, y somos soldados de Jesucristo. Pongamos todos nuestros afanes, todos “los negocios de la vida”, en Dios. “Hagamos a un lado toda carga, y el pecado que tan fácilmente nos atrapa y corramos con paciencia la carrera que esta puesta frente a nosotros, poniendo los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”.


Celso Recinos

LOS QUE AMAMOS A DIOS (Celso Recinos)
·         Romanos 8:28  “Y sabemos que para los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien” esto es, a los que conforme a su propósito son llamados
Hay dos cosas que quisiera señalar aquí:
i) Este pasaje va dirigido a aquellos que aman a Dios. Por lo cual, si tu amas a Dios este pasaje está dirigido A TI también.
ii) De acuerdo a este pasaje TODAS LAS COSAS, esto es, todo lo que ha pasado, pasa o pasará, OBRAN PARA BIEN para aquellos que aman a Dios.
En otras palabras, TODO en la vida de un hombre que ama a Dios ES NECESARIO para el bien, puesto que es el trabajo combinado de todo lo que lo produce.
·         Proverbios 12:21  “Ninguna adversidad acontecerá al justo”
Nada en la vida del hombre que ama a Dios es malo, casualidad o en vano. Sino que, TODO, incluso aquellas cosas que no aceptamos muy placenteramente, es parte de la receta de Dios para el bien. No es accidental que la Palabra diga:
·         2Timoteo 3:12) “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución
·          Salmo 34:19 “muchas son las aflicciones del justo” Pero de todas ellas le librará Jehová.  mientras que al mismo tiempo dice que “ninguna adversidad acontecerá al justo” con eso se entiende que aún las aflicciones NO son en vano o malas. También, no es accidental que diga:
·         Efesios 5:20
“dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
Y en 1 de Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
Dios nos dice que le demos gracias en TODO. Generalmente le damos las gracias a alguien por su colaboración en algo concerniente a nosotros.
Muchos de nosotros nos negamos a darle gracias a Dios en TODO, por la simple razón de que no creemos que Dios tenga parte en TODO. Pero como Su Palabra dice:
·         Lamentaciones 3:37 “¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?”  Lam 3:38  ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?
·         Lam 3:39  ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.
·         Lam 3:40  Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;
Ni siquiera el diablo puede ir más allá de esos límites que el Señor ha establecido.
En Job 1-2 vemos que no podía probar a Job sin tener permiso, y no podía ir más allá del permiso otorgado.
En Lucas 22:31 vemos que para “zarandearos [los discípulos] como a trigo”, tiene que PREGUNTAR primero [en griego: “exaiteo”, “obtener al preguntar ”. Ver también la NVI]
·         (Juan 7:30, 8:20). En Juan vemos que no podía tocar a Jesús porque “su hora no había llegado”
·         En 1 de Corintios 10:13 vemos que no “seremos tentados más allá de lo que podamos soportar”, no porque el diablo no quiera, sino porque “Dios [quien] es fiel no lo permitirá”.
·          Mateo 4:1 vemos que era “POR EL ESPIRITU” (esto es, Dios) que Jesús fue dirigido al desierto para ser tentado por el diablo.
·         Cuando Job dijo (Job 2:19), “¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?” la Escritura dice “Job no pecó con sus labios”. Cuando dijo: “El Señor dio, el Señor quitó sea el nombre del Señor bendito”
·         (Job 1:21) de nuevo habló la verdad: “En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.”
·         (Job 1:22) lo que Job dijo fue CORRECTO Y PRECISO.
Si te preguntas porqué aun sigues desempleado, o porqué sigues solo, o por qué no has sido sanado, o porqué te pasó eso o aquello, haz lo que el justo de Job hizo: GLORIFICA AL SEÑOR POR ESO. Porque “PARA AQUELLOS QUE AMAN A DIOS TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN”.
Lo que a lo mejor ahora puedes considerar como aflicción, es NECESARIO PARA EL BIEN. De otra manera, de seguro no te estuviera pasando.
Glorifica al Señor y confía en Él. DALE GRACIAS EN TODAS LAS COSAS. Puede que consideres que algunas de esas cosas son un “mal” pero lo acabamos de ver: “Ninguna adversidad acontecerá al justo” y TU ERES JUSTO (Romanos 3:21-26)
·         Como Pablo dijo en una situación similar:
2 de Corintios 12:7-10
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
·         Pablo se GLORIÓ en sus debilidades. Los reproches, las necesidades, las persecuciones y las tensiones fueron para él oportunidades a través de las cuales vio el poder del Señor.   El “aguijón en su carne”, no vino por sí solo. LE FUE DADO, para que no se enalteciera por si mismo. Ciertamente, ese aguijón era doloroso y quería que se lo quitaran, pero lo prevenía de su enaltecimiento. Posiblemente Pablo se preguntó, al pedirle por tercera vez al Señor, porqué en las dos veces anteriores que le pidió que le quitara el aguijón no lo hizo. Es probable que nosotros tampoco entendamos SINO MEJOR QUE CREAMOS.      Creer puesto que amamos a Dios, todas las cosas ayudan a bien. Como dijo:
·         Isaías 55:8-9
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”
·         Jeremías 29:11
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”
·         Y Romanos 1:17
“Mas el justo por la fe vivirá.”
Lo que necesitamos vivir es FE. Necesitamos confiar en Él y someternos a Él completamente.
No es necesario que se haga nuestra voluntad.
Lo que es necesario es que SU VOLUNTAD se hecha, porque “sus pensamientos son más altos que los nuestros”.
“Para aquellos que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien”:
·         algunos ejemplos
Ahora veremos algunos ejemplos en cuanto a lo que acabamos de leer. Para empezar vamos a Filipenses 1:12-18 “Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor. Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.”
·         Pablo estaba en prisión. “Naturalmente” hablando uno podría esperar que su tiempo ahí sería improductivo para el evangelio.
·         Pero vemos que dice: “las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio” y “cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor” No solamente las cadenas de Pablo no fueron un obstáculo para el evangelio sino que también sirvieron para su establecimiento.
Se volvieron el poder para la valiente proclamación de la Palabra de Dios para los otros hermanos.
Puede que parezca negativo para el evangelio el que Pablo haya estado en prisión pero no lo era. De lo contrario, tuvo efectos positivos así como ayudó a su establecimiento. El mismo efecto tiene también su presencia en el mismo lugar – esto es, en prisión – pero esta vez en Filipo.
·         Hechos 16:22-25
“Y se agolpó el pueblo contra ellos [Pablo y Silas]; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.”
Pablo y Silas no le discutían a Dios; el porqué de su situación, SINO QUE ORABAN Y LE CANTABAN ALABANZAS.
Precisamente por eso, todos los prisioneros escucharon esa noche sobre la Palabra de Dios hablada a través de esos cantos y oraciones. ¿Sabrían que en ese lugar no había quién les hablara a los presos? No lo creo, pero vamos a seguir leyendo:
Hechos 16:26:34
“Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.”
EL PODER DE DIOS SE MANIFESTO
¿Habría pasado todo lo anterior si Pablo y Silas no hubieran estado en la cárcel?
¿Habrían visto el cielo, el carcelero y su familia, si Pablo y Silas no hubieran estado ahí?
No lo creo. Escuchamos la palabra “cárcel” y lo asociamos con algo “malo”, pero Sus pensamientos no son nuestros pensamientos sino que son mucho más altos que los nuestros.
Conclusión:
De todo lo anterior, que de ninguna forma el tema es cansado , podemos concluir que si amamos a Dios, cualquier cosa que suceda en nuestras vidas, agradable o desagradable, ayuda para bien. Muchos se decepcionan u ofenden cuando “la tribulación o persecución los alcanza por causa de la Palabra”
·         (Mateo 13:21). pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
Sin embargo, aun las tribulaciones, OBRAN PARA BIEN, si amamos a Dios.
·         Romanos 5:3
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;”
·         2 de Corintios 4:17
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”
·         Santiago 1:2-4
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
·         Hebreos 5:8
“Y aunque era Hijo [hablando de Jesucristo], por lo que padeció aprendió la obediencia”
·         Las aflicciones están “OBRANDO PARA NOSOTROS”.
Producen paciencia.
Producen gloria eterna.
Producen obediencia.
Nada en la vida del hombre que ama a Dios es casualidad o en vano.
De lo contrario, “PARA AQUELLOS QUE LO AMAN TODAS LAS COSAS OBRAN PARA BIEN”


miércoles, 21 de noviembre de 2018

celso recinos: buenas obras


CREADOS EN CRISTO JESUS (obras)
EJEMPLO DEL ESCORPION:
Un maestro oriental cuando vio a un escorpión ahogándose decidió sacarlo del agua cuando lo hizo el escorpion lo pico, por la reacción del dolor el maestro lo soltó y el animal cayo al agua y de nuevo estaba ahogándose, el maestro intento sacarlo otra vez y de nuevo lo pico; alguien que estaba observando todo se acercó al maestro y le dijo” perdone pero usted es terco no entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picara”
El maestro le respondió la naturaleza del escorpión es picar pero eso no va a cambiar la mía que es ayudar y entonces ayudándose de una hoja el maestro saco del agua al animalito y le salvo la vida.
NO CAMBIES TU NATURALEZA SI ALGUIEN TE HACE DAÑO; SOLO TOMA PRECAUCIONES ALGUNOS PERSIGUEN LA FELICIDAD Y OTROS LA CREAN.
Luc 6:35-36  Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Romanos 12:21  No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
El medio para nuestra salvación y justificación es la obra de nuestro Señor Jesucristo. Él hizo todo lo necesario para nuestra salvación. Ahora, esto de ninguna manera significa que Dios no quiere que hagamos buenas obras o que a Él le sean indiferentes. De lo contrario, Él ya ha preparado las buenas obras para nosotros. Como en Efesios 2:10 dice:
Efesios 2:10
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Dios ya ha preparado las obras que tiene para nosotros, y lo hizo con el propósito de que caminemos en ellas. Por lo tanto, no somos nosotros los que preparamos las buenas obras, sino Dios quien ya las ha preparado para nosotros. Sin embargo, nosotros necesitamos caminar en ellas, es decir, realizarlas, hacerlas.
muy importante: cuando creímos en nuestro corazón en el Señor Jesucristo y Su resurrección fuimos nacidos de nuevo y nos volvimos nuevas creaturas.
Como 2 de Corintios 5:17 dice: “si alguno está en Cristo, nueva creatura es”. Aunque no fuimos salvos por obras, siendo nuevas creaturas, para lo cual fuimos creados, hechos paras las buenas obras que Dios ha preparado para nosotros. Observa este “creados para” (marcado en rojo en la cita de Efesios 2:10) o el “para”. Las mismas palabras usaríamos para decir por ejemplo:
·        “un carro está hecho (creado) para viajar”.
·        “Un teléfono está hecho (creado) para hacer llamadas”.
·        “Un radio está hecho (creado) para recibir señales de radio”.
·        En otras palabras, Dios, al decirnos que “fuimos creados para, [hechos para] buenas obras que ya ha preparado para nosotros”, Él nos está diciendo que nos hizo completamente capaces, que nos ha creado para, hechos para; está en el ADN de nuestra nueva naturaleza el hacer esas buenas obras que Él ha preparado para nosotros.

SI NO HACEMOS ESTO NO SERVIRIAMOS
Haciendo estas buenas obras DEBERIAS  ser algo natural para nosotros, para nuestra nueva naturaleza, porque fuimos creados para ellas. De lo contrario, el no caminar en estas buenas obras sería como no hacer para lo que fuimos creados. Sería como tener un teléfono que no hace llamadas o un radio muerto.
Vamos a entender mejor este significado de buenas obras que Dios ha creado para nosotros yendo a 1 de Corintios 12, donde dice:
1 Corintios 12:27
“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.”
Y 1 Corintios 12:18
“Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.”
Cada uno de nosotros es miembro del cuerpo de Cristo con una función particular que le fue dada por Dios. Dios nos ha puesto en el cuerpo con un rol específico y como Él quiso. Y como en el cuerpo físico el responsable en dar las órdenes es la cabeza, el cerebro, así también en el cuerpo espiritual el responsable en dar las órdenes es la cabeza, la cual es: CRISTO
(Efesios 5:23). Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
Col 1:17  Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
Col 1:18  y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia,(C) él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
Efe 4:15  sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, Efe 4:16  de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.(
Los miembros del cuerpo de Cristo, así como los miembros del cuerpo natural, tienen la misión de hacer lo que la cabeza les ordene.
Nosotros no somos los que decidimos las buenas obras, el rol que tenemos en el cuerpo de Cristo. Dios ya las ha decidido y preparado para nosotros.
Nuestra misión es la de caminar en estas buenas obras, ejecutarlas, funcionar para lo que fuimos creados. Si ignoramos esto, si escogemos cerrar los ojos, entonces nuestra misión nunca será completada.


JESUS ES EL QUE MANDA
Lo que quiero decir hermanos y hermanas es que aunque Dios ya ha preparado las buenas obras para nosotros que tenemos que hacer y aunque nos ha puesto en el cuerpo con un rol específico, una función, somos NOSOTROS los que caminamos en estas obras: somos NOSOTROS los que tenemos que ejecutar lo que la cabeza diga. Si no lo hacemos, entonces en el cuerpo nadie lo hará por nosotros.
Si no llevamos a cabo nuestro rol en el cuerpo, entonces como el cuerpo natural sufre cuando alguno de sus miembros no funciona bien, así también el cuerpo de Cristo sufre. La cabeza que es Cristo es el único que da las órdenes. Él da las órdenes, pero depende de los miembros para su ejecución.
TODOS  SOMOS LOS INDICADOS
Muchos hermanos tienen un significado distorsionado de lo que la iglesia es y creen que el ministerio, hacer la obra de Dios, las obras que Él ha preparado para nosotros, es algo que le pertenece al clero, a los llamados “profesionales”. Para el resto, nuestra única misión parece ser el llenar las bancas los domingos. Este es un gran error. En la Palabra de Dios no hay tal cosa como clero y laicado. Lo que hay es un cuerpo y cada hermano o hermana ha sido puesto en ese cuerpo por Dios con una función específica.
Tú, hermano o hermana que escuchas este mensaje tienes una función específica en el cuerpo.
¿La sabes?
¿Haces lo que Dios te ha puesto a hacer en el cuerpo, las buenas obras que ha preparado con anticipación para que camines en ellas?
O ¿solo pasas el tiempo en las cosas de este mundo (que ahogan la Palabra de Dios y la hacen infructuosa-Marcos 4:19), pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Ya que el ministerio le pertenece, supuestamente, a los… profesionales? Si tú, hermano y hermana, no estás haciendo lo que Dios te ha creado para hacer, para lo que te ha puesto en el cuerpo, entonces nadie lo va a hacer.
Tú eres único en el cuerpo de Cristo, así como cada miembro de tu cuerpo lo es y absolutamente necesario también.
·        Por lo tanto, si no has encontrado lo que Dios ha preparado para ti, es absolutamente necesario que lo encuentres.
·        Es necesario que dejes el sofá y busques al Señor. Es hora de decirle: “aquí estoy, ¿qué quieres que haga?”
·        Te ha creado, te ha alistado, capacitado completamente para las buenas obras que ha preparado para ti. Pero necesitas estar disponible; necesitas querer caminar en ellas.
·        Si tú no estás disponible para Dios entonces no va a pasar nada. En este caso vas a ser como un miembro del cuerpo que aunque absolutamente esta en el cuerpo, no se comunica con la cabeza.
·        Ese es un miembro enfermo, un miembro que no funciona bien.
·        La imagen opuesta - la imagen de esa mera imagen vívida de 1 de Corintios 12 con el cuerpo, los miembros y la cabeza

·         – es la imagen un miembro sano que reacciona al llamado de la cabeza inmediatamente. Es esta imagen de hombre de Dios que pone sus ojos en la cabeza para ver lo que ella quiere y reacciona de acuerdo y sin ninguna duda. Es esta imagen del cristiano la que CAMINA, lleva a cabo las obras que Dios ha preparado para él, llevando fruto y sin permitir que la Palabra caiga victima de los afanes de este mundo, el engaño de las riquezas o el deseo de otras cosas (Marcos 4:19).

·        Tales cristianos Dios quiere que seamos. Cristianos que llevemos fruto y glorificar al Padre a través de él.
Juan 15:5-8
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”


sábado, 10 de noviembre de 2018

LA MANIFESTACIÓN DE AMAR A DIOS



LA MANIFESTACIÓN DE AMAR A DIOS  (Celso Recinos)
Amar a Dios con todo nuestro corazón: ¿Qué significa?
Los fariseos y los escribas muchas veces trataron de tentar a Jesús con varias preguntas. Sin embargo otros le hacían preguntas genuinas porque buscaban respuestas.
Hay una pregunta la cual fue hecha dos veces por dos personas diferentes, una que quería aprender y otra que quería tentarle. Se trata de la pregunta de que cuál mandamiento es el más grande de todos. Vamos a leer los pasajes relacionados:
Mateo 22:35-38
“Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.”
Marcos 12:28-30
“Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.”
1. Amar a Dios: ¿Qué significa?
Como leemos: amar a Dios con todo nuestro corazón es el mandamiento más importante. Pero, ¿qué significa? Desafortunadamente vivimos en una época donde la palabra amor a terminado significando solo un sentimiento. Amar a alguien se confunde con “me cae bien”. Sin embargo, que alguien “me caiga bien” no necesariamente constituye el amor en términos bíblicos. Porque en términos bíblicos el amor esta estrechamente conectado con hacer y específicamente el amar a Dios con hacer lo que Dios quiere, esto es, Sus mandamientos, Su voluntad. Jesús puso esto muy en claro cuando dijo:
Juan 14:15
Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Y Juan 14:21-24
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.”
También en Deuteronomio 5:8-10 (ver también Éxodo 20:5-6) leemos:
“No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.”
Amar a Dios y guardar Sus mandamientos: la Palabra de Dios, los cuales son cosas inseparables una de la otra. Jesús lo puso absolutamente claro. ¡El que lo ama guarda la Palabra de Dios y aquel que no guarda la Palabra de Dios no le ama! Entonces amar a Dios, el principal mandamiento, no significa que siento bonito sentado en la banca de la iglesia el domingo en la mañana. Más bien lo que significa es que trato de hacer lo que complace a Dios, lo que hace feliz a Dios. Y eso es una cuestión diaria.
1 Juan contiene más pasajes que establecen claramente lo que significa amar a Dios.
1 Juan 4:19-21
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.”
1 Juan 5:2-3
“En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.”
1 Juan 3:22-23
“y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.”
Hay varias falacias corriendo por el cristianismo de hoy. Una muy seria es la falsa idea de que a Dios no le importa si hacemos o no Sus mandamientos, Su voluntad. De acuerdo a esta falacia, todo lo que a Dios le importa es ese único momento cuando comenzamos en la “fe”. “Fe” y “amar a Dios” han sido separados de cuestiones prácticas y son consideradas ciertas nociones de tipo teórico, estados mentales, los cuales existen separadamente de lo que uno vive. ¡Pero la fe significa ser fiel! Y el fiel cuida de complacer a aquel al cual le es fiel, esto es, se ocupa de hacer Su voluntad, Sus mandamientos.
Algo más que se vuelve evidente con lo anterior es que el amor y el favor de Dios no son verdaderamente condicionales, así como algunos nos han hecho creer. Esto también lo vemos en los pasajes anteriores. Entonces en Juan 14:23 leemos:
Juan 14:23 La Biblia de las Américas (LBLA)
"Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada."
Y 1 Juan 3:22
“y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.”
Y en Deuteronomio 5:9-10
“No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.”
En Juan 14:23 hay un “si” y una “y”. Si alguien ama a Jesús, guardará Su Palabra, Y, como resultado, el Padre lo amará y Él junto con Su Hijo vendrán y morarán en él. También en 1 Juan, recibimos cualquier cosa que le pidamos, porque guardamos Sus mandamientos y hacemos lo que le complace. También en Deuteronomio, el misericordioso amor de Dios se demuestra a aquellos que le aman y guardan Sus mandamientos . Hay un claro ligamento entre el amor y el favor de Dios con el hacer Su voluntad. Por decirlo de otro modo, no pensemos que desobedecer a Dios, descuidando Su Palabra y Sus mandamientos, no importan de verdad, porque como quiera Dios nos ama. No pensemos de ese modo, cuando decimos que amamos a Dios en verdad lo amamos. Yo creo que si amamos a Dios o no se demuestra mediante la respuesta a la siguiente pregunta simple: ¿Hacemos lo que complace a Dios, Su Palabra, Sus mandamientos? Si la respuesta es sí, entonces amamos a Dios. Si la respuesta es no, entonces no lo amamos. Así de simple.
Juan 14:23-24
Si alguno me ama, guardará mi palabra; …. El que no me ama, no guarda mis palabras...


2. “Pero no siento hacer la voluntad de Dios”: EJEMPLO (El caso de los dos hermanos)
Otra área de confusión, cuando se trata de hacer la voluntad de Dios, es la idea de que deberíamos hacer la voluntad de Dios solo si sentimos hacerla. Pero si no lo sentimos entonces estamos disculpados porque, supuestamente, Dios no querría que hiciéramos algo que no sentimos hacer. Pero dime algo: ¿vas a trabajar porque lo sientes? ¿Te levantas en la mañana pensando en cómo te sientes para ir a trabajar y dependiendo de si lo sientes o no te paras de la cama o te volteas y te tapas con la colcha? ¿Así es cómo lo haces? No lo creo. HACES tu trabajo independientemente de cómo te sientas al respecto. Pero cuando se trata de hacer la voluntad de Dios le hemos dado mucho lugar a los sentimientos. Por supuesto que Dios quiere que hagamos Su voluntad y que sintamos hacerla, pero aun si no lo sentimos, es mucho mejor hacerla comoquiera. Un ejemplo de lo que el Señor nos dijo: “ Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti...”
(Mateo 18:9). No dijo: “Y si tu ojo te es ocasión de caer y sientes sacarlo entonces hazlo. Pero si no sientes sacarlo entonces estás disculpado -puesto que no sientes hacerlo, lo puedes dejar ahí produciendo que sigas pecando”. ¡El ojo podrido debe de ser sacado, aunque lo sintamos o no, hazlo como quiera, en vez de desobedecerle a Él!
Pero veamos otro ejemplo en Mateo. En Mateo 21, los sumos sacerdotes cuestionaron a Jesús una vez más. Para responder una de esas preguntas Jesús dio la siguiente parábola:
Mateo 21:28-31
“Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.”
Su respuesta era correcta.
·         El primero hijo no sentía hacer la voluntad de su padre. Claramente se lo dijo: No quiero ir hoy a la viñedo. Pero luego lo pensó y cambió de opinión. No se sabe lo que causó ese cambio.. Yo creo que le importaba su padre. Escuchó a su padre pedirle que hiciera su voluntad, pero no sentía hacerla. Quería dormir un rato más, tomar su café despacio o tal vez salir con sus amigos.
Entonces su primer reacción, tal vez desde la cama, fue “no voy a ir”. Pero luego pensó en su padre y porque lo ama, cambió de opinión, se paró de la cama y fue e hizo lo que su padre quería que hiciera.
·         El segundo hijo, por otra parte, le dijo a su padre -tal vez también ya levantado de la cama- “Papá, voy a ir”. Pero luego no fue, tal vez se volvió a dormir, luego llamó a un amigo y se desapareció haciendo lo que él quería. Tal vez por un momento “sintió” hacer la voluntad de su padre, pero los sentimiento van y vienen. Entonces ese “sentimiento” de hacer la voluntad de Dios fue reemplazado por otro “sentimiento” de algo diferente y ya no fue.
¿Cuál de estos dos hijos hizo la voluntad de su padre? ¿El que no lo sentía al principio pero que la hizo como quiera o el que al principio sentía hacerla pero en realidad no la hizo? La respuesta es obvia. Ahora, ya vimos que amar al Padre significa hacer Su voluntad. Por lo tanto, podríamos preguntar lo siguiente: ¿Cuál de los dos amaba a su padre? o ¿Con cuál de los dos estaba el padre complacido? ¿Con el que al principio le dijo que iba a hacer Su voluntad y luego no la hizo o con el que en realidad hizo Su voluntad? La respuesta es obviamente la misma: con el que hizo Su voluntad. Entonces concluyendo: Haz la voluntad de Dios, independientemente de los sentimientos. Incluso si la primer respuesta es “No siento hacerla”, cambia de opinión y hazla. Por supuesto que es mucho mejor sentir hacer la voluntad de Dios y hacerla, pero entre no hacer la voluntad de Padre y hacerla sin querer necesariamente hacerla, la opinión a escoger aquí es: Como quiera voy a hacer la voluntad de mi Padre, porque lo amo y quiero complacerlo.
3. La noche en Getsemaní (EJEMPLO JESUS)
Ahora, lo anterior no significa que no podemos o no deberíamos hablarle al Padre y pedirle otras opciones posibles. Nuestra relación con el Padre es una RELACIÓN real. El Señor quiere los canales de comunicación con Sus hijos-siervos siempre abiertos. Lo que sucedió en Getsemaní la noche que Jesús fue entregado para ser crucificado fue característico. Jesús estaba en el jardín con Sus discípulos y Judas el traidor venía junto con los sirvientes de los sumos sacerdotes y los ancianos, a arrestar a Jesús y crucificarlo. Jesús estaba en agonía. Hubiera querido dejar pasar esa copa de Él. Y se lo pidió al Padre:
Lucas 22:41-44
“Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.”
No hay nada de malo en preguntar al Padre si hay alguna salida. No hay nada de malo en preguntarle al Padre si hoy puedes quedarte en casa y no ir al viñedo. Lo que está mal es quedarse en casa comoquiera y sin preguntarle. Eso es desobediencia. Pero no está mal preguntarle por una excepción o por otra alternativa. De hecho, si no hay otra forma, puede que obtengas una motivación especial para avanzar y hacer Su voluntad, Jesús obtuvo tal motivación: “Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle”.
Jesús hubiera querido que pasara de Él la copa, PERO solo si esa era la voluntad de Dios. Y en ese caso no lo era. Y Jesús la aceptó. Como le dijo a Pedro después de que llegó Judas con la compañía de guardias:
Juan 18:11
“Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?”
Jesús siempre hizo lo que complacía al Padre, incluso si no sentía hacerlo. Y por eso, porque siempre hizo lo que complacía al Padre, el Padre nunca lo dejó solo. Como Él dijo:
Juan 8:29
“Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.”
JESUS ES NUESTRO EJEMPLO
Él es nuestro ejemplo. Como el apóstol Pablo también nos dice en Filipenses:
Filipenses 2:5-11
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Jesús se humilló a sí mismo. Dijo: “que se haga Tu voluntad y no la mía”. ¡Jesús obedeció!
Y lo mismo debemos de hacer nosotros también. El mismo pensar, la misma obediencia, la mente que dice no mi voluntad sino la Tuya esté en nosotros también. Como Pablo continúa:
Filipenses 2:12-13
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
“Por lo tanto, amados míos” esto es, porque tenemos tal ejemplo de obediencia, Jesucristo nuestro Señor, obedezcamos también cuidando nuestra salvación con temor y temblor de Dios, es el obrar en nosotros el querer como el hacer por Su buena voluntad. Como Santiago dice:
Santiago 4:6-10
“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.”
Conclusión
Amar al Señor con todo nuestro corazón es el mandamiento más importante.
·         Pero amar a Dios no es un estado de la mente, donde “sentimos bonito” respecto a Dios. Amar a Dios es lo mismo que hacer lo que Dios quiere.
·         No hay tal cosa de amar a Dios mientras que al mismo tiempo le desobedezco.
·         No existe eso de tener fe y ser infiel. La fe no es un estado mental.
·         La fe en Dios y Su Palabra es serle fiel a Dios y a Su Palabra.
·         No creamos la falacia que trata de separar una cosa de la otra. También el amor de Dios y Su favor vuelve a aquellos que le aman, esto es, a aquellos que hacen lo que a Él le place, Su voluntad.
·         Además, también vimos que es mejor continuar y hacer la voluntad de Dios aunque no lo sintamos, que desobedecerle. Esto no nos hace robots sin sentimientos. Podemos (deberíamos) hablarle al Señor y pedirle otra alternativa para que nos la provea.
·         Él es el Maestro más maravilloso de todos, misericordioso y bueno con sus hijos. Y si no hay otra alternativa Él nos fortalecerá para hacer lo que parece muy difícil para nosotros, exactamente como lo hizo con Jesús aquella noche.